domingo, 24 de mayo de 2009

Lluvia de mayo...


Salí a la calle hablando por el movil, no esperaba que pasara, pero pasó. Tan sólo al pisar el suelo se pusó a llover más fuerte que nunca. Al principio sentí la rabia de cuándo no tienes paraguas, pero una vez empapada (todo el cuerpo mojado) me di cuenta de que lo que menos necesitaba era un paraguas. Fui evitando todos los paraguas para poder empaparme de esa suave y reconfortante lluvia. Cada gota era una sensación nueva para mi alma.

La gente corria con prisa ¡Que estrés! Todos ellos tan metidos en su vida y su estrés constante que no se paran a saborear el sabor de cada gota.
Por mi desgracia la lluvia paró. Me dejó sin nada, sin sensaciones. Pero lo que vino después fue mejor. Me quedé sola, al fin, y pude andar tranquilamente por la calle.
De golpe empezó todo. De las calles bajaban unos riachuelos de agua, que de vez en cuando su pureza era interrumpida por alguna rueda de coche con prisa.
Las nubes empezaron a moverse y a dejar paso al sol, pero sin irse del todo. La luz era perfecta. Pero, lo mejor de todo era el aire humedo y el olor a tierra mojada tan revitalizante y electrizante que se movia. Era mágico. Podías llegar a juntar tantas sensaciones en un puñado de aire...
Los escalofríos iban y venían por todo mi cuerpo. Era un momento tan especial...
Era uno de esos momentos que quieres meter en una cajita para revivirlo siempre que quieras. Momento para coleccionar en el alma y alegrarme por estar viva y sentir.

1 comentario:

felipe dijo...

Cojonudo el dia de antes en el hostital con fiebre y tu mojandote, para matarte!!!
Pero me alegra que tuvieses esas sensaciones, felicidades y espero que no recaigas. Un beso CMPEONA.